Entramos en 2021 con la Automatización Robótica de Procesos (RPA) consolidándose como una de las herramientas más prominentes en la transformación digital. RPA ya no es una promesa lejana ni exclusiva de gigantes corporativos; este trimestre vemos cómo cada vez más empresas medianas apuestan por robots de software para optimizar sus operaciones diarias. De hecho, pese a la incertidumbre económica de 2020, la inversión global en software RPA siguió creciendo y se proyecta que los ingresos de este mercado alcancen casi 2.000 millones de dólares en 2021, con un aumento cercano al 20%. Estas cifras reflejan una realidad clara: la automatización robótica ha pasado de la teoría a la práctica, y está liderando la agenda de innovación en muchos negocios.
¿Pero qué hace tan atractiva a la RPA para una empresa mediana, quizá con recursos de TI limitados? En esencia, la propuesta de valor de RPA es permitir automatizar tareas repetitivas, basadas en reglas y con alto volumen, de manera rápida y sin necesidad de reestructurar por completo los sistemas existentes. Un “robot” de RPA es un software que imita las acciones que realizaría un usuario humano: mover datos de un sistema a otro, rellenar formularios, generar reportes, validar información, entre otras. Todo esto trabajando 24/7, sin cometer errores por cansancio y a mucha mayor velocidad. Para procesos administrativos típicos –facturación, conciliaciones, atención de pedidos, seguimiento de casos, etc.– la RPA ofrece resultados inmediatos en reducción de tiempos y costos operativos. Imaginemos por ejemplo el área de cuentas por pagar: un bot de RPA puede capturar datos de facturas, ingresarlos al ERP y hasta enviar notificaciones de pago, tareas que antes tomaban horas de un asistente ahora se realizan en minutos y sin errores.
Este primer trimestre de 2021 observamos varios factores que impulsan a las organizaciones a dar el salto hacia RPA. Primero, la madurez de las herramientas: las principales plataformas de RPA han simplificado su uso con interfaces visuales y capacidades low-code, haciendo posible que incluso analistas de negocio (no solo programadores) configuren automatizaciones sencillas. Segundo, la normalización del teletrabajo: con equipos trabajando de forma remota, la automatización se vuelve clave para mantener la productividad y evitar cuellos de botella cuando el personal no está físicamente en la oficina. Muchas empresas medianas en Colombia se dieron cuenta en 2020 de que dependían de procesos manuales (por ejemplo, tramitar documentos en papel) que en entornos remotos fueron problemáticos. RPA aparece como solución inmediata para digitalizar y automatizar esos flujos, sin esperar desarrollos a medida costosos o lentos. Tercero, la presión por eficiencia: tras un año de retos, en 2021 las empresas buscan recuperar terreno optimizando gastos. Cada tarea automatizada con RPA suele traducirse en ahorros concretos, al requerir menos horas/hombre o eliminar errores costosos.
Adicionalmente, el ecosistema RPA se está robusteciendo con IA y análisis. Aunque la automatización robótica tradicional ejecuta reglas predefinidas, hoy vemos una convergencia con la inteligencia artificial para abordar casos más complejos. Por ejemplo, hay robots con capacidades de OCR inteligente que leen documentos no estructurados (facturas, contratos) y extraen información relevante, o bots integrados con algoritmos de machine learning que pueden tomar decisiones simples (como clasificar solicitudes entrantes según su contenido). Esta “RPA inteligente” extiende el alcance de la automatización a tareas que antes requerían criterio humano. Para una empresa mediana, eso significa que más procesos son candidatos a ser automatizados – no solo los muy repetitivos, sino también aquellos que implican cierto análisis de información. Es importante destacar que muchas de estas capacidades avanzadas vienen pre-integradas en las herramientas RPA líderes, facilitando su adopción sin grandes complejidades.
Como resultado, la adopción de RPA está democratizándose. Según expertos, ya en 2021 cerca del 50% de las organizaciones a nivel mundial había iniciado pilotos o implementaciones RPA en alguna área, y en América Latina la tendencia sigue esa dirección. En Colombia vemos interés tanto en sectores financieros y de telecomunicaciones (pioneros en automatización) como en industrias tradicionales que buscan modernizarse. El mensaje para las empresas medianas es claro: no hay que quedarse atrás. Iniciar con RPA puede ser muy accesible –por ejemplo, comenzando con uno o dos procesos “rápido-ganables” en áreas como operaciones o servicio al cliente– y a partir de allí escalar. Las herramientas actuales permiten empezar con licenciamientos pequeños y crecer según el retorno observado. Lo importante es dar el primer paso: identificar esas tareas tediosas que consumen horas valiosas de su equipo e implementar un robot que se encargue. Así, se liberan recursos humanos para actividades más estratégicas (como atender mejor a los clientes o idear mejoras de negocio) al tiempo que se reducen errores y tiempos muertos. En 2021, la automatización robótica se perfila no solo como una tendencia, sino como una práctica concreta y necesaria para las empresas que buscan competitividad y eficiencia en un entorno cada vez más exigente.







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