Al cerrar 2018, las empresas medianas hacen balance de sus avances en automatización y analítica, y miran hacia el futuro inmediato para identificar las tendencias que tocarán a la puerta en 2019. Este año vimos cómo RPA y BPM se integraron más, cómo la inteligencia artificial comenzó a incorporarse en procesos, y cómo la cultura orientada a datos ganó terreno. Pero la evolución no se detiene. La próxima ola promete hiperautomatización, es decir, una automatización aún más amplia y profunda combinando todas las herramientas disponibles: workflow, robots de software, aprendizaje automático, e incluso nuevos aliados tecnológicos como blockchain. Prepararse para 2019 significa estar listo para experimentar con estas tendencias y evaluar dónde aportan valor real al negocio.
Una de las expectativas para el próximo año es la escalabilidad de la automatización. Muchas empresas pilotearon RPA en áreas puntuales durante 2018; en 2019 el desafío será extender esos «asistentes digitales» a más procesos y gestionarlos de forma centralizada. También veremos un mayor enfoque en la orquestación: no se trata de tener decenas de automatizaciones aisladas, sino de coordinarlas dentro de procesos end-to-end. Aquellas organizaciones que logren que sus flujos de BPM llamen a bots RPA cuando corresponde, y que las decisiones basadas en IA alimenten esos flujos, alcanzarán un nuevo nivel de eficiencia. Por ejemplo, un proceso de ventas podría combinar módulos: un bot que valide datos del cliente en sistemas externos, una IA que estime la probabilidad de cierre según el perfil, y un workflow que guíe al vendedor con los siguientes pasos recomendados.
En cuanto a datos, 2019 traerá aún más énfasis en la analítica prescriptiva y el uso de la automatización para tomar acciones inmediatas basadas en insight. Ya no sólo se querrá predecir qué pasará, sino integrarlo al proceso para que, al ocurrir cierta condición (predicción de churn alto de un cliente clave, por ejemplo), se dispare automáticamente una retención personalizada. La línea entre análisis y operación será cada vez más difusa, dando paso a sistemas más autónomos en la toma de decisiones rutinarias. Por supuesto, el factor humano seguirá siendo crítico para supervisar, gestionar excepciones y sobre todo para la innovación continua, pero su rol se apoyará aún más en herramientas inteligentes.
Otra tendencia en el horizonte es la mayor confianza en nuevas tecnologías como blockchain y contratos inteligentes para ciertos procesos. Si bien muchas empresas medianas aún lo ven como algo lejano, 2019 podría traer aplicaciones prácticas: por ejemplo, usar blockchain para garantizar la transparencia y trazabilidad en una cadena de suministro, integrándolo con procesos de logística tradicionales, o emplear contratos inteligentes que ejecutan términos automáticamente cuando se cumplen condiciones (lo que podría automatizar pagos o verificaciones de manera confiable). Estar atentos a estas innovaciones y aprender de ellas, aunque sea a través de proyectos piloto pequeños, puede marcar la diferencia a mediano plazo.
En síntesis, prepararse para la próxima ola requiere mantener una mentalidad abierta y ágil. Las empresas medianas tendrán que continuar desarrollando habilidades internas (como científicos de datos, analistas de procesos, expertos en seguridad digital), así como fortalecer sus infraestructuras tecnológicas para soportar la integración de múltiples herramientas. Quienes lo hagan estarán en una posición privilegiada para aprovechar lo que 2019 traiga, convirtiendo la tecnología en un verdadero diferenciador. La próxima ola de automatización y datos no es un destino final, sino un viaje continuo de mejora, y las organizaciones más preparadas son las que disfrutan del recorrido obteniendo resultados tangibles en cada etapa.







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