En 2015 emerge con fuerza una tecnología llamada Robotic Process Automation (RPA), o automatización robótica de procesos. Aunque el término suena a ciencia ficción, en la práctica se trata de «robots de software» que realizan tareas repetitivas en las computadoras tal como lo haría una persona. Imaginemos un asistente digital que puede abrir aplicaciones, copiar y pegar datos, llenar formularios y ejecutar cálculos, todo de forma incansable y sin errores de distracción. Ese es el concepto de RPA: programas que imitan las acciones humanas en la interfaz de usuario de los sistemas, para automatizar procesos que antes requerían trabajo manual.
La promesa de RPA es especialmente atractiva para empresas medianas que tienen múltiples sistemas legados no integrados. Por ejemplo, supongamos que el equipo administrativo debe extraer datos de facturas en PDF y luego ingresarlos en el software contable. En lugar de asignar horas de un empleado a esa tarea monótona, un bot de RPA podría encargarse de leer cada factura (mediante reglas o incluso reconocimiento de texto) y transcribir la información a la otra aplicación. Así se aceleran los tiempos y se evita el tedio al personal. Lo mejor es que RPA no requiere modificar los sistemas existentes: el robot usa las pantallas y campos tal como un usuario lo haría, por lo que implementarlo suele ser más rápido que emprender un proyecto de integración tradicional.
En este momento, empiezan a destacar en el mercado plataformas de RPA que ofrecen entornos visuales para entrenar a estos robots, indicando paso a paso qué hacer. Empresas de software especializadas en RPA están ganando atención global, mostrando casos de éxito donde bancos, aseguradoras y retail automatizan cientos de horas de trabajo manual al mes. Para una empresa mediana colombiana, quizá el camino sea iniciar con un proyecto piloto sencillo: identificar un proceso administrativo muy manual (como la conciliación de inventarios o la generación de reportes semanales) e implementar un robot que lo ejecute fuera de horario laboral. En poco tiempo, se podría medir el ahorro en tiempo y la reducción de errores, justificando así expandir la automatización a otros procesos.
La robótica de software se perfila como un nuevo miembro del equipo de trabajo, un asistente digital incansable que ejecuta tareas operativas mientras los empleados humanos se enfocan en análisis, atención al cliente y toma de decisiones. En 2015, RPA aún está en sus primeros pasos dentro de muchas organizaciones, pero las compañías que la están adoptando reportan incrementos notables de productividad. Esta tendencia promete crecer rápidamente en los próximos años, abriendo la puerta a la automatización de tareas que antes veíamos como inevitables dentro del trabajo diario.







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