En los últimos años ha cobrado fuerza el concepto de transformación digital, que se refiere a la reinvención de las organizaciones mediante la integración estratégica de tecnologías digitales en todas sus áreas. Al cerrar 2014, muchas empresas medianas se preguntan cómo subirse a esta ola para no quedarse atrás. Un pilar fundamental de la transformación digital es la automatización de procesos: digitalizar y optimizar las actividades de negocio para ser más ágiles, eficientes y capaces de responder a las crecientes expectativas de los clientes modernos. No se trata solo de comprar computadoras nuevas o lanzar una página web, sino de repensar cómo funciona la empresa aprovechando las herramientas digitales disponibles.
El rol de BPM y la automatización en este contexto es crítico. Por ejemplo, de poco sirve ofrecer a los clientes un formulario en línea para solicitar un producto si internamente esa solicitud sigue imprimiéndose en papel para ser aprobada. La transformación digital implica que ese proceso sea electrónico de punta a punta: que la solicitud entre al sistema, dispare flujos de trabajo automáticos de aprobación, verificación de stock, facturación y coordinación de envío, todo sin trámites manuales ni demoras innecesarias. Así, la experiencia del cliente mejora (recibe respuestas más rápido, puede hacer seguimiento en línea) y la empresa reduce costos y errores.
Para las empresas medianas, iniciar la transformación digital puede parecer desafiante, pero conviene abordarla como un proyecto por fases. Un buen punto de partida es identificar procesos clave que actualmente sean lentos o dependan de papel, y priorizar su automatización. También es importante involucrar al personal en este cambio: capacitarlos en nuevas herramientas, hacerlos parte del rediseño de procesos y comunicar claramente los beneficios esperados. La transformación digital no es solo tecnológica, también es cultural; requiere abrirse a nuevas formas de trabajo más apoyadas en datos, colaboración en línea y menos jerarquía en los flujos de información.
Al finalizar 2014, vemos que la automatización de procesos se consolida como un facilitador clave para alcanzar la verdadera transformación digital. Las compañías que han empezado este viaje están obteniendo mejoras significativas en eficiencia y satisfacción del cliente, y están mejor preparadas para los retos de un entorno cada vez más digital. De cara a 2015, incorporar una estrategia de transformación digital debería estar en la agenda de toda empresa que aspire a innovar y crecer de la mano de la tecnología.







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